Monday, February 15, 2016

Purpura y Azul.



Unos de mis más grandes amores es Disney, sus películas me han enseñado mucho y son una fuente de confort y apoyo. Una de sus últimas producciones es Inside Out, la película  cuenta la historia de cómo se manejan las emociones dentro de la cabeza de una niña de 12 años; en esta película el miedo es representado por una figura de color purpura, mientras que la triste es azul.

Bueno, en mi mente hay dos estados dominantes: Ansiedad y Depresión.

Ambas son cosas con las que he luchado por un largo tiempo, pero como ya les he dicho en entradas pasadas, se han vuelto más fuertes.

He tenido ya muchísimas crisis, crisis que me han impedido ver una clase en paz, ir al cine con una amiga, a veces hasta simplemente estar tranquila en mi casa. Con el paso del tiempo empiezas a encerrarte, te da miedo estar solo, piensas que en cualquier momento algo malo a suceder. Esa es purpura trabajando.

La depresión es como un efecto secundario, empiezas a sentir (que por tus crisis) la gente ya no va a querer estar contigo, que puedes perder amigos en cualquier momento, que no vas a avanzar en tus estudios; a veces, hasta te lleva a pensar que seguir viviendo no vale la pena. En esos momentos, Azul tiene el mando.

Pero  llegué a un momento donde me canse, simplemente estaba agotada de sentirme así todo el tiempo, así que decidí buscar ayuda. Ya llevo casi seis meses en terapia, viendo tanto a una psicóloga como a un psiquiatra; ambos tratando de buscar una manera de ayudarme a lidiar con esto.  Me han recetado medicamentos, pero aun así, a veces siento que no funcionan.

El momento donde toque fondo fue la noche en que me lastime a mí misma, eso sucedió hace  apenas unas semanas atrás.  Después de salir de la crisis pensé en abandonar todo, pero busque a una orientadora en la universidad y me está ayudando a lidiar con esto; ya que se me dificulta mucho ir a consulta con mis doctores.

Si alguien está leyendo esto, y se encuentra en el mismo problema; no pierdas más tiempo y busca ayuda.


No se puede vivir con purpura y azul dominándote todo el tiempo.